Consejos para afrontar una mala temporada
Las malas temporadas son temidas por todos y con toda
justificación, la realidad es que la gran mayoría de las personas hemos
atravesado momentos donde al parecer no cuentan con una salida. Una mala
temporada viene de la mano con un sinfín de aprendizajes que en el instante resulta
difícil notarlo, sin embargo, con el correr del tiempo hasta puedes terminar
dando las gracias por haber vivido ciertas situaciones.
No voy a mentirte llevándote a leer algo que te gustaría que
sucediera, no existen instrucciones para terminar de inmediato con una mala
temporada no obstante la buena noticia es que hay hábitos que puedes adquirir
para transitarla de manera más leve y ¡Qué bueno se siente eso!
En este artículo quiero presentarte cinco consejos que
puedes llevar a la práctica mientras transitas una mala temporada.
Comparte tu mala temporada con el Señor
Suena raro ¿no? Es habitual querer compartir cuando nos
suceden cosas bonitas, al lograr algo o estar en alguna etapa de superación
personal, lo cierto es que con Dios podemos contar hasta en temporadas malas. En
ocasiones sabemos exactamente que hacer o que nos hará sentir mejor, no
obstante, llevarlo a la práctica puede costar un poco, entregar las
preocupaciones y circunstancias difíciles a Dios puede ser uno de esos casos.
Pero a la luz de la palabra es lo que él nos pide, el mismo Señor nos dice que
vayamos a él si estamos cansados “Venid a mí todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11:28
La Biblia nos aconseja a no afanarnos (Mateo 6:34), a que el
Señor peleará por nosotros (Éxodo 14:14) a que fijemos la mirada en él (Hebreos
12:2). Estoy convencida que esto ya lo sabes, pero se vuelve difícil cuando el
corazón está más al pendiente del problema que en las cosas de arriba. No
puedes batallar atravesar una mala temporada con tus propias fuerzas, depender
de Dios es maravilloso y aún más cuando sabemos que él está dispuesto a
acompañarnos. Pero necesita que le compartas el proceso que te toca vivir. ¡Uf
si supieras el alivio y la paz que te genera luego de entregar todo en sus manos!
¿Recuerdas a los jóvenes hebreos que fueron enviados al
horno por Nabucodonosor? (Daniel 3) ¡Si que estaban atravesando tremenda
dificultad!, y que bueno ha sido Dios que en medio del fuego los acompañó. Ese
es el Dios que amamos y creemos, un Dios que no abandona jamás a los suyos, que
sabe recompensar a quien soporta hasta el final de la prueba.
Si realmente compartes tu temporada con Nuestro Señor y
confías que en él hallarás el descanso. Dios podrá llevar a cabo su obra.
Siempre regresa a lo que ha hecho en tu vida
Una de las tantas cosas que me han ayudado es voltear hacia
atrás y ver lo que el Señor ha hecho en mi vida, de esta manera mi atención no
estará en la mala temporada que pueda estar pasando. Para ejercitar esto suelo
regresar a mis antiguas notas donde hay listas de pedidos que fueron respondidos.
Vuelvo a releerlos y me lleno de gratitud. También vuelvo a las largas listas
de agradecimientos y recuerdo lo bueno que ha sido el Señor conmigo.
Si por alguna razón no cuentas con notas como las que acabo
de mencionar, solo recuerda en medio de oraciones y adoración, también puedes
nombrar cada situación en la que Dios te ha bendecido. Y comienza a alabar en
medio de la incertidumbre. En ocasiones la mala temporada que te ha tocado
pasar, querrá opacar todo lo grandioso que Dios ha hecho en tu vida o peor aún,
todo lo que hará en ti. No te dejes engañar y no te estanques en una temporada
que será pasajera. La situación que hoy estás transitando será un gran
testimonio que bendecirá a muchas personas. En lo personal me fortalece oír
experiencias que han atravesado otros hermanos y saber que Dios estuvo allí
también. eso es lo bueno, que cada proceso tiene un fin extraordinario.
Oye a los demás
Como he mencionado al final del punto anterior, oír a los
demás puede funcionar como consuelo a tu corazón sobre todo por el momento en
el que te encuentras. Hablar con personas de confianza acerca de tus
inseguridades es bueno, pero te aseguro que escucharlas es de gran ayuda.
Resulta que no solo le estas ofreciendo tu tiempo al oírlas,
sino que al hacer esto terminas entendiendo que no eres el centro donde todo te
ocurre únicamente a ti. También es satisfactorio decirle a Dios “perdón si me
quejo, hay personas que están atravesando por situaciones muy difíciles al lado
de las mías” Logras reconocer que a pesar de la temporada mala que te esté
tocando Dios sigue siendo bueno.
Rodéate de gente sabia
Sabemos que la Biblia nos habla mucho acerca de la
sabiduría, entendemos que todo aquel que teme y obedece al Señor es sabio, la
persona que logra un dominio propio y busca agradar al Padre. Reunirse con este
tipo de hermanos es muy satisfactorio para lidiar con una mala temporada. También
es cierto que se vuelve difícil coordinar una reunión cada vez que se necesita
una palabra de alguien así, la buena noticia es que vivimos en tiempo de redes,
puedes seguir a grandes cristianos que comparten su sabiduría en todo momento,
comienza a consumir contenidos que eleven tu espiritualidad (es importante aclarar
que revises bien esos contenidos, deben ser todos a la luz de la palabra de
Dios).
Procura servir en medio de una mala temporada
El servicio forma parte de la vida cristiana, después de la
fe vienen las obras (de nada sirven las buenas obras sin fe) y qué privilegio
es servir a un Rey de amor como lo es Jesús puesto que él también ha elegido
servir.
“Así como el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” Mateo 20:28
Y puedes decirme “pero como puedo comenzar a servir si no
pertenezco a ningún ministerio” y la realidad es que todos tenemos un
ministerio que es reconciliar al mundo con Dios es lo que Cristo ha hecho y nos
manda a hacer. Comienza a evangelizar en medio de tu día malo, enfócate en tu
misión en lugar de lamentarte.
Por otra parte, no se trata solamente de servir en la
iglesia, comienza por tu hogar, ayuda en lo que sea necesario, ofrece una mano
al prójimo, auxilia en todo lo que esté al alcance de tus manos y fuerzas. Dios
verá las intenciones de tu corazón.
Servir es grandioso cuando lo haces como si fuera para el
Señor, no mires a quien solo hazlo.
Recuerda que cada proceso que te toque vivir será para cambiar algo en ti, deja que el Espiritu Santo haga su obra.
¿Qué te parece si finalizamos con una oración?
Señor gracias por tu inmenso amor, gracias por que en ti hay
refugio, en tus brazos hay seguridad, gracias por tu justicia y fidelidad.
Quiero pedirte perdón si en algo te he fallado, si he dicho algo que no te haya
glorificado, ten misericordia de mí. Te pido fortaleza y valentía para afrontar
las temporadas buenas y malas que tengas preparadas para mí, te ruego que me
ayudes a confiar que nunca me dejarás caer. Permíteme vivir con gozo en los
días grises. Como el apóstol Pablo ayúdame a contentarme en lo bueno y en lo
malo. Quiero adorarte aún en momentos malos, bendíceme con tu presencia. En el nombre
de Jesús. Amén
¡Dios te bendiga!
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