¿QUIERES ORAR Y NO SABES QUE DECIR?

 


¿Te ha pasado alguna vez de sentir que quieres orar y no sabes que decir, como comenzar o que hacer en las extensas pausas y silencio? La oración es el fundamento de la fe cristiana, es imposible intentar una relación con Dios sin dedicar un tiempo para orar. El Señor nos ha dado la maravillosa posibilidad de dirigirnos a él gracias a Jesús.

Piensa en esto; muchos se han preguntado como llegar a Dios y no han comprendido que es solamente por medio de Cristo y la oración. Eres un privilegiado al poder gozar de tan bello vínculo con el Altísimo sin embargo es posible que te sientas un poco perdido con este tema, si le diste “clic” a este artículo es porque en ocasiones quieres orar y no sabes que decir.

Espero que realmente puedas animarte a vivir una vida de oración para entablar una firme alianza con nuestro Padre, sin importar el famoso “quieres orar y no sabes que decir”, es momento de olvidar esa inseguridad y reafirmar tu fortaleza en el que te ha redimido y llama para oírte.

¿Listo?

Los demás hablan bonito y tú quieres orar y no sabes que decir

Por mucho tiempo he estado aferrada a la idea de que “los demás oran mejor” y esto provocaba en mí cierta inseguridad y vergüenza al orar en público. Si por alguna razón crees esto quiero decirte que por mucho tiempo he batallado con lo mismo.

La realidad es que, si bien Jesús nos ha dejado un modelo para orar, la oración va mucho más allá de un simple rezo, es la forma en que te relacionas con el Creador de todo… y como sabes cada relación con Dios es distinta y única, mi forma de estar en su presencia no es idéntica a la tuya o a la de los demás. Por ende, la manera de orar tampoco ¿si se entiende?

Con esto quiero decir que es momento de dejar las comparaciones de lado, si eres padre/madre (o hijo) sabes que cada hijo tiene una manera diferente de vincularse con sus padres, cuando oramos es exactamente lo mismo. Y esto no significa que no puedas adoptar ciertas formas de orar que hayas escuchado sin embargo es importante que abras tu corazón para que tu oración sea lo más genuina posible.

¿Qué se supone que debes decir?

Uf hay tanto por hablar con Papá, sin embargo, puede ocurrir que quieras orar y no sepas exactamente qué decir aún si te encuentras solo en una habitación. No siempre encontraremos las palabras “adecuadas”, quizá la elocuencia no es nuestra virtud más destacada la buena noticia es que no hay nada que a Dios le importe menos que una oración estructurada y llenas de teología ¿si me entiendes?

Recordemos la historia de Ana (1Samuel 1) una mujer que no necesitó palabras para que el Altísimo la escuchara, no fue relevante para el Señor, solo le importó su corazón quebrantado y sediento de él. Ana anhelaba en lo más profundo lograr ser madre y su deseo fue oído por Dios, gracias a su clamor verdadero y su inmensa fe.

Dios quiere oírte claro que sí no obstante le importa cómo está tu corazón al llegar a él. Existen personas que pueden orar muy bonito pero su corazón está lejos del Señor

“Este pueblo de labios me honra; más su corazón está lejos de mí” Mateo 15:8

Recomendaciones para orar

Existen variedades de ideas y herramientas que te ayudarán al momento de orar, a continuación, te comparto algunas:

Procura un horario adecuado: no todos los momentos son iguales, habrá días donde el silencio en el hogar sea por la mañana otros por la tarde o quizá la noche. La realidad es que en todo momento debemos estar conectados con el Señor, no limitarnos a un solo horario para orar sin embargo es bueno apartar un momento del día exclusivo para él (si puedes más de un momento al día mucho mejor)

Búscalo en medio de tu rutina: incluye a Dios en todo lo que haces, por ejemplo, mientras estas en el trabajo puedes adorarlo, hablar con él en voz alta, cuando vas en el carro o caminando. Lo importante es que ejercites tu comunicación con él en cada oportunidad que se te presente.

Anota tus peticiones y agradecimientos: no hay nada mejor que realizar una lista con todo lo que anhelamos y dejar en las manos de Papá para que obre según su voluntad perfecta y lo más hermoso es regresar con el tiempo a esas listas y ver todo lo que Dios ha respondido, con los agradecimientos funciona de la misma manera, tener la oportunidad de leer que tan bendecidos somos ¡wow! En lo personal me gusta agradecer por cositas que quizá pasan muy desapercibidas, pero no dejan de ser tremendas bendiciones (agradezco por el agua que bebo, el abrigo, el café o en mi caso el mate por la mañana, el desayuno con mi esposo, las largas charlas que tengo con personas que amo, la salud de mis padres, etc. podría detenerme mucho mas en este punto) Lo bueno de esto es que termino sintiéndome amada y consentida por mi Padre Celestial

Ora a base de lo que leíste o escuchaste: otra forma de orar que me ha ayudado mucho es leer un capítulo de la Biblia y orar a base de lo que aprendí por ejemplo en este momento me encuentro estudiando 1 y 2 de Samuel y oro por tener un corazón como el de David, doy gracias por la justicia de Jehová y como lo guarda por ser su ungido, anhelo el arrepentimiento que ha tenido el rey David. Otra manera de aplicar esta herramienta es orar por el versículo que toca en algún devocional, si escuchaste una alabanza, un podcast, una predica algo que te haya hablado el Espíritu Santo, ora por eso, que sea más que una guía

La oración es un privilegio

Cuando entendí que orar a Dios es una fortuna es allí donde comencé a disfrutar hablarle, sin ningún prejuicio, vergüenza o inseguridad. Cristo vino a la tierra para conciliarnos con nuestro Creador y como resultado tenemos comunicación directa con Dios gracias al sacrificio de Cristo Jesús ¡Qué maravilla! Que bueno es poder ser hijos de Dios hablar con él en cada momento. Te animo a que dejes todos los miedos de lado, que no te enfoques en las “bellas palabras” pero si en tu corazón e interés genuino de pasar tiempo en la presencia del Rey.

¡Dios te bendiga!

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